Separan a una madre de su hijo durante un año por darle un cachete, hacen falta sólo 30 mil millones al año para acabar con el hambre en el mundo (cifra irrisoria comparada con el gasto militar), el sistema capitalista es una entelequia y Jim Carrey parece que desperdicia su talento haciendo comedias hechas con una plantilla de plots, y en medio de toda esta amalgama de estupideces varias que hacen dudar de si el ser humano realmente ha evolucionado darwinianamente o sigue teniendo las capacidades intelectuales de una ameba, algunos seguimos ilusionándonos con pequeñas cosas como que un cortometraje participe en tal o cual festival. No sé si esto es a su vez otra estupidez más o forma parte del tejido de lo realmente humano. Es el caso de mi corto Las Gafas, cuya última gran novedad es que ha sido seleccionado en el Festival Internacional de Santa Bárbara, California. Se trata de uno de esos festivales del circuito Óscar, lo que significa que el ganador de dicho evento estará pre-seleccionado (por decirlo de alguna manera) para los premios norteamericanos. No vamos a encontrarnos en esa tesitura pero da mucha alegría que uno se encuentre en un festival en el que le van a dar en esta edición un premio a Clint Eastwood, otro a Penélope Cruz, otro a Kristin Scott Thomas, etc. Quizás soy un poco freak, un poco mitómano...
¿Qué sé yo de Santa Bárbara? Pues mucho, sé que había un policía latino, un patriarca familiar que cambiaba habitualmente de aspecto de forma milagrosa y un par de hermanas muy guapas, sobre todo un milagro de la evolución (esto parece confirmar que no somos amebas) que se llamaba Robin Wright.
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