viernes, 27 de febrero de 2009

De "yoes", adolontas y sheriff del norte

Estoy harto del "yo". Creo que es el principal problema de esta sociedad, el egocentrismo. El primero de todos los males. Y lo dice alguien que está escribiendo un blog, que no sabe si lo lee alguien y lo peor, que no reviste beneficio económico. ¿Por qué lo hago? ¿Por vanidad? Qué asco. Prefiero creer que lo hago para promocionar ese corto que he hecho (hemos hecho, en equipo; el ego de nuevo ahí, a punto de saltar) y que esta ¿mini? difusión le sirva de algo a una posible carrera como guionista, principalmente, y como director de cine. Pura promoción. Realmente no creo que sirva de mucho, pero como es gratis, pues eso. Espero no autoengañarme. Porque el autobombo me da náuseas y está agazapado en tantas facetas, en tantos sutiles momentos de nuestra vida, de nuestras actitudes, que convivimos con él de una manera tan natural que asusta. Sigamos con las noticias, por si a alguien le interesa: parece que voy a ir a Estados Unidos, si el señor Cólico Nefrítico no me lo impide. Y no me lo va a impedir, porque me voy a llevar al señor Nolotil, al señor Voltarén y a la señorita Adolonta para combatirlo en caso de necesidad de batalla (Adolonta es señorita porque aún no he abierto la caja). Así que: Maldita piedra, quédate ahí, te digo, y no te muevas, que quiero pisar la tierra fría y hospitalaria de Fargo. Quiero vivir aventuras y encontrarme con mujeres sheriff embarazadas de varios meses. Allá que voy.

domingo, 22 de febrero de 2009

Un Volvo

Bueno, ya he puesto mi foto en el blog. No quería hacerlo pero viendo que tengo ¡Un seguidor! Y que éste seguidor (seguidora, en este caso) ha colgado su foto, pues me resulta un poco extraño que mi retrato no hubiera aparecido. Para mí es emocionante saber que alguien te lee desde una distancia considerable desde mi tierra canaria (qué folclórico suena esto). También me asusta un poco la responsabilidad que esto representa, porque hasta este momento creía estar escribiendo para nadie o, a lo sumo, para un público invisible, sin rostro. Y ahora ya tiene rostro. Animo a que si alguien más me lee, que escriba comentarios, del tipo que sea. Aprovecho esta ocasión en que me pongo a escribir rápidamente en el tiempo en que se calienta la sopa de mi hijo para decir que el que quiera ver Las Gafas puede hacerlo en internet, en el I Festival Iberoamericano de cortometrajes, del periódico ABC (abc.es) donde ha sido seleccionado. Esto también es emocionante. Y aunque yo quiera ser más zen, también creo que el deseo es lo que nos mantiene vivos. No importa que el deseo no se materialice. Como decía un personaje de una película: el que quiera seguridad, que se compre un Volvo.

sábado, 7 de febrero de 2009

Premio en Fargo

Fargo, esa localidad en Dakota del Norte que da nombre a la famosa película de los Cohen, ha tenido a bien otorgarnos el Best Narrative Short de su Fargo Film Festival a nuestro cortometraje Las Gafas. O sea, un gustazo. Es un festival pequeño, de cine independiente y estoy muy contento por ello. Además, el corto está en la selección oficial de otros dos festivales americanos, en este caso ambos en California. Se trata del Cinequest Film Festival y del L.A. Comedy Film Festival. Parece que a los americanos les está gustando Las Gafas. O The Glasses. Y yo estoy muy agradecido. O very grateful.