Fernan es un tipo que llama mucho la atención. Está
tatuado de la cabeza a los pies, tiene la cabeza rapada y una cara muy dura, de
malote, un tipo que en el cine podría hacer de narco de Miami o de peleador de
los bajos fondos. Pero, por lo poco que lo conozco, es un tipo tranquilo, muy
agradable, muy fácil de tratar. Lo llamé para hacer un personaje en un
videoclip y allí que estuvo, poniendo todas las facilidades.
No es la primera vez que lo llamo, lo llamé cuando
hice mi cortometraje Nogod pero una semana antes un asunto personal le impidió
venir a rodar. Y yo, que soy un enamorado de los físicos llamativos, curiosos,
diferentes, me volví a acordar de él para el rodaje de un videoclip en el que
necesitaba rostros llamativos, curiosos, diferentes. Y los conseguí a todos. A
todos los que quería. Y eso le da una dimensión más interesante, si se quiere
más profunda a la estética del video.
Jaime Chinarro, uno de los mejores retratistas que
conozco, le hizo esta pedazo de foto durante la grabación (a veces digo
grabación, a veces rodaje, lo sé) del videoclip. Es una foto cool, moderna, y
perfecta. A mi juicio. Una foto de videoclip. Porque los videoclips, no lo
olvidemos, no son Dostoievski. Son divertidos, locos, estéticos, o amargos,
pero siempre frescos. Por su estructura temporal. Un videoclip no puede hacer
un plano secuencia de diez minutos. Un videoclip es más Guy Ritchie y menos Bèla Tarr. Es un terreno difícil porque a la vez que
te permite una gran flexibilidad, te legitima a ciertas cuotas de surrealismo o
de bordeamiento de la realidad, también te atan a un ritmo, a una letra, a una
melodía y lo que es más importante, a una estrategia comercial en el mejor de
los sentidos. Tienen que captar tu atención y hacer que vibres con la música.
La imagen vende la canción. La canción potencia la imagen.
Estoy muy contento con el equipo que hizo posible el videoclip, con el buen
rollo, con la diversión y con la comida cojonuda, con los cafés. Como en todo
rodaje, uno acaba agotado, como en toda post-producción, uno acaba agotado.
Como siempre, uno acaba queriendo enviar esta profesión al carajo. Pero como
dijo una vez un productor en una charla a la que acudí en Gran Canaria: Esto
del cine es una enfermedad.
Les dejo con la foto de Fernando Marin, o Fernan.
Otra foto de Jaime Chinarro.
Dentro de unos días colgaremos el videoclip.
Touché Project
un proyecto musico-visual
Vete quedándote con el nombre
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