lunes, 29 de abril de 2013

Un fisco de teatro

No queda otra que redactar otra entrada en el blog, aunque sólo sirva como excusa para poner este cartel tan cojonudo, el cartel del Fiscoteatro del primer fin de semana de mayo, que será en el Café 7, donde Fisco tras Fisco empezamos a ver ya a un público habitual, un público que se está fidelizando con este formato tan interesante. Y caras nuevas, y caras nuevas que a la semana siguiente repiten y dejan de ser tan nuevas. Eso es un buen síntoma. Porque si vuelven, es por algo. Por mi parte, tengo la fortuna de volver a trabajar con Lioba Herrera, una actriz increíble con la que ya hice Ataque zombie, una actriz con una energía arrolladora y con esa verdad con la que dota a los personajes. Esa verdad no se puede enseñar, sale de las tripas, del alma, y sólo la tienen unos pocos. Su compañero es Alberto Díez, con quien también tenía ganas de trabajar y que me sorprendió muy gratamente en el último fiscoteatro. Ambos harán Brackets.

Volvemos a hacer el primer fisco que escribí, El más acá, con Antonio Cifo y Toni Masip. Cifo es un actor brillante, sobre todo en la comedia, alguien tan nacido para la interpretación que habría sido actor aunque hubiera nacido en medio del Amazonas. Y un tipo de una honestidad tal para con la profesión que, a pesar de haber hecho cine y haber trabajado con importantes directores de cine y teatro, de haber trabajado en tantas series de televisión (¿todas?), a pesar de los trabajos digamos más públicos, más "de éxito", curiosamente te habla con mayor cariño de aquellos trabajos de actor amateur o semi-profesional que hacía antes de saltar a los madriles. No hace distinción entre unos y otros, porque para él cuando se interpreta se interpreta, ya sea en una compañía amateur como si estás a las órdenes de Jaime Chávarri. Esto no lo dice él, esto es lo que saco yo de sus palabras. Yo admiro esa honestidad artística, que no es otra cosa que la extensión de una honestidad personal. Y Toni Masip... Qué decir del gran Toni Masip, pues que, simplemente, hay que verlo. Hay que verlo por fuera y dentro de escena. Es simplemente, inigualable, irrepetible.
Ya no es una cuestión económica (que también), puedo decir con total sinceridad: Vengan a ver Fiscoteatro, que vale mucho la pena. El fiscoteatro es al teatro lo que el relato a la literatura, lo que el cortometraje al cine. Incluso mejor. Porque es teatro, y el teatro es la madre.

Ah, y el 11 de mayo, super re-estreno de Nueva York, en el Espacio Cultural Aguere.



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